La Búsqueda
Reflexión general
Creo que todos los seres debiésemos buscar,
cuestionar, investigar, experimentar, atrevernos y realizar nuestra misión en
la vida, esa misión o tarea que nos corresponde realizar, hay que reconocer
nuestra deuda y cumplirla con energía y disciplina, para aprender la lección. Cuantas
veces creemos estar perdidos? Otras más
hacemos lo que nos dicen hacer por ejemplo: los padres, amigos, parejas o el
dinero, y después de un tiempo nos seguimos sintiendo igual o más vacíos?
Podemos tener todas las comodidades y seguir queriendo más, nada nos llena por
completo. Tristemente muchas veces las personas llegan al final de sus días y algunas
capaz y acumularon muchos bienes o servicios en sus recuerdos, pero se
arrepienten de no haber hecho esto o aquello que tanto les gustaba, pero por
tiempo, por la familia, los negocios o que se yo, siempre lo postergaron?,
cuantos dejaron ir al amor de sus vidas porque no era de la misma clase social?
o porque su entorno no lo aprobaba?...
Y así puedo seguir ejemplando… pero creo la idea se entiende.
Ante lo anterior mi reflexión es que si tenemos
la suerte o el valor de encontrar, o al menos creerlo así, ya que podemos errar
varias veces, debemos luchar por lo que
nos gusta y hacerlo, vivimos en un mundo material y claro tenemos que esforzarnos
en vivir cómodamente, porque claro así la existencia en más agradable, y si nos
corresponde traer o invitar a mas seres a este mundo, tratar de darles buen
vivir, pero nunca olvidemos nuestro norte, nuestra misión, esa chispa divina
que embellece nuestro ser y nos da plenitud y un motivo superior por el cual
esforzarnos en ser felices.
Recuerdos…
Desde pequeño me llamaron mucho las artes
marciales, película que salía en la TV,
era para mí un gozo, más que las patadas o saltos por los aires, me gustaba eso
especial que se veía, la relación del maestro a discípulo, palabras como:
maestro, aprendiz, honor, lealtad, paciencia, marcaron en mi desde siempre una
apasionante búsqueda de las artes marciales, por cosas del destino y la gracia
del altísimo pude comenzar a los 18 años mi práctica, y fue un universo que se
mostraba, hermoso y fascinante.
Nunca fui activo físicamente, no había cultura
de deporte en toda mi familia, no tuve estímulos ni modelos deportivos, por el
contrario, llegando así a la pubertad y adolescencia prácticamente virgen en
actividad física, con el descubrimiento del karate, nací físicamente, pero, mi
cuerpo no coordinaba bien, mi psicomotricidad un tanto atrofiada no respondía,
frustración, impotencia y angustia sentí al verme atascado por mi pasado
sedentario y un tanto e enfado por la poca o nada motivación de mis mayores al
ejercicio…
Pasaron los meses y la maquina comenzó a
responder, de a poco coordinando y dando forma a las formas, fue un despertar,
fue un bello amanecer, mi cuerpo adolorido, mucha veces con temperatura por el
trabajo duro, al día siguiente de cada clase, esperaba con un dejo de
masoquismo la próxima cesión, las piernas y brazos completamente contracturados,
el abdomen punzaba hasta para toser o reír, me acostaba muchas veces sin comer,
por el cansancio extremo, las manos temblorosas tomaban el lápiz en el colegio,
y caminaba con lentitud, teniendo la
sensación de ser observado desde lejos por algo, veía a su vez a mis pequeños
compañeros del colegio casi con paternidad por lo frágiles de sus cuerpos y la
niñez de sus palabras, indudablemente yo había cambiado y con ello la
percepción del mi entorno, karate se había fusionado con mi cuerpo y lo estaba
moldeando… Por las noches comencé a sentir un hormigueo en las manos y mis
músculos se movían violentamente de forma involuntaria, mis pies los sentía
calientes y con reflejos propios, muchas veces no podía dormir por el calor que
estos generaban y tenía que sacarlos fuera de la cama, dormía a espasmos y me
levantaba cansado físicamente pero con una actividad mental enorme, todo lo
pensaba, todo lo analizaba.
Caminaba más erguido, más orgulloso, con seguridad,
miraba siempre a los ojos, nunca agresivo o desafiante, sino más bien, sincero,
en busca de lo mismo…
Mi cuerpo comenzó a cambiar, mis gemelos,
muslos, glúteos, hombros y triceps crecieron, mi abdomen se compacto, la
espalda se ensancho,
la piel se depuro, comenzó a expulsar cuanta impureza arrastraba de antaño,
sentía que estaba vivo, que respiraba y pensaba.
Con lo anterior de respirar, me refiero y de
seguro muchos me han de entender y otros tantos no, uno afortunadamente respira
de forma autónoma, pero pocas veces sentimos el exquisito y vital oxigeno que
ingresa por nuestra nariz he inunda todo nuestro cuerpo, no somos conscientes de
nuestro respirar, de sentir en cada inhalación la vida, o de sentir
agradecimiento y responsabilidad por lo dado: ¡conciencia!
Me di cuenta que durante años estuve dormido,
casi inerte, lleno de pensamientos innecesarios o dañinos, sin mayores
cuestionamientos hacia el propio ser, sin tratar de controlar impulsos,
palabras y acciones, dejando que domine la pereza, observaba solo con los ojos
ya que no veía nada, pensaba solo en círculos cayendo en lo poco práctico, pues
nada analizaba, solucionaba o concretaba.
Afortunadamente desde ese entonces trato todos
los días, pensar y decir menos garabatos, en lo posible no pensar cosas
negativas, o que no sean provechosas, busco la sinceridad y simpleza antes que
lo superfluo y lo ostentoso… y así
varias cosas más… lo intento, mas no
siempre lo consigo, pero en ese intentar he ido encontrando mayor belleza en
todo y tranquilidad en mi espíritu…